La imagen adjunta sirve para advertir que cuidado donde pisas: el accidente en este caso ha sido clavarse una llave en el pie. Parece casi increíble, pero es real. Lo típico es clavarse una punta que sobresale de una tabla que está en el suelo y que no hemos visto. O un trozo de cristal de una botella rota, por ejemplo. Pero ahora estamos ante algo insólito. Y más si nos fijamos en la profundidad de penetración de la llave: hasta la empuñadura. Veamos la radiografía de la avería:
Aquí podemos ver la llave una vez extraída.
fuente/sobaco
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