lunes, 20 de julio de 2015

El mapa del tesoro masculino



No hay duda de que conseguir que un  se excite y tenga una erección es bastante más sencillo que poner a una  a . Pero los preliminares no son para ellas.  que el  más rápido es a través del pene, pero a veces es más divertido tomar una ruta alternativa que, aunque pueda tardar un poco más, resulte de lo más divertida y placentera. Al fin y al cabo, su miembro viril va a tener un importante protagonismo en un momento dado, así que ¿por qué no pasearnos de arriba abajo antes por otras partes?
“Muchas mujeres caen en la trampa de pensar que todo lo que tienen que hacer para complacer a su pareja es centrarse en su pene y sus testículos, y quizá lo hacen demasiado”, comenta Sean Jameson en Your Tango. Pero hay muchas formas de encender a un hombre sin centrarnos en su miembro viril. Al igual que nosotras, ellos cuentan con multitud de zonas erógenas y si sabemos cómo acariciarlas y estimularlas podemos conseguir unos resultados mucho más excitantes que lanzándonos al meollo del asunto sin más miramientos.
1. Los pezones
Así como los tetas de las mujeres son una de las partes erógenas preferidas por ellos –cuya excitación siempre es bien recibida por ellas–, el pecho de los hombres es una zona estimulante que no debemos olvidar. Los pezones masculinos no pasan por el periodo de lactancia lo que hace que su sensibilidad se compense y les resulte agradable que les acaricien, laman o mordisqueen las areolas. Y ya que estás por la zona, aprovecha para expandirte por el resto del pecho y buscar otras zonas que le provoquen placenteras cosquillas o escalofríos. Además, cubrir su torso con tus manos y cuerpo ayudará a que se sienta atractivo, sexy y deseado.
2. Los dedos de su mano
“Seamos honestos, un dedo es esencialmente una efigie de nuestro pene. Cualquier cosa que nos hagan en uno se traduce mentalmente en que nos estén haciendo algo en nuestra extremidad favorita”, explica Bob Alaburda en Latina. Básicamente, lamerlos, masajearlos, pasearlos por las formas del cuerpo masculino, chuparlos… juega con su dedo como si fuese su miembro viril. Él solito hará el símil.
3. Su boca
Una forma diferente y satisfactoria de excitar a un hombre es dejándole jugar con sus sentidos sin que pueda echarte las manos encima a la mínima. Unos besos apasionados con un claro mensaje sexual pueden ser suficiente para encender sus ganas, pero si además le acercas tu cuerpo –no sólo tus pechos, brazos, piernas, rodillas o codos también valen– para que lo pueda saborear con sus labios, dientes y lengua, le volverás loco.
4. Su ano
Sí, el eterno tema tabú. Muchos hombres siguen indecisos con el tema de que su ano se convierta en coprotagonista de sus relaciones sexuales, pero se están perdiendo un mundo. Unos cinco centímetros dentro del ano se encuentra el denominado punto G masculino. Por él pasan miles de terminaciones nervisosas y excitarlo adecuadamente durante el coito les conducirá a orgasmos mucho más intensos. No tienes que meter uno o dos dedos en el agujero y comprobar qué pasa porque no es un botón mágico, pero puedes acariciar la zona, soplar, lamer… Presta atención a sus reacciones y si te parece que le gusta, sigue y utiliza tu saliva –o la suya– para lubricar la zona y que todo sea suave y placentero.
5. Los lóbulos de las orejas
Tanto estos como la parte inferior de las orejas –en el caso de que no tenga lóbulos, algo más común de lo que crees– son una zona erógena masculina increíblemente sensible. La cosa no es cogerlos y apretarlos sin más, además de acariciarlos con los dedos puedes mordisquearlos, besarlos y lamerlos suavemente e ir dando cobertura al resto de la zona: detrás de las orejas, por el cuello, su cabeza, bajar por su espalda… Si le hace cosquillas, procura que sean placenteras y que el juego no se convierta en una especie de tortura china.
Cualquier cosa que nos hagan en un dedo se traduce mentalmente en que nos estén haciendo algo en nuestra extremidad favorita
6. El cuello
Es tan sensible como el femenino y ofrece un montón de maneras diferentes para estimularles a través de sus cuellos: besar, lamer, soplar, chupar –sin necesidad de succionar a lo loco y hacer un chupetón, por muy divertido que sea–, acariciar… “Una forma muy caliente para mostrar tu pasión es morder suavemente y mordisquear su cuello”, aconseja Jameson, quien asegura que “muchos hombres encuentran este juego sensaciones absolutamente increíbles”.
7. El cuero cabelludo
¿Qué gustito da cuando nos acarician el pelo y nos masajean la cabeza verdad? Pues nos ocurre a todos, independientemente de nuestro sexo. La cabeza está llena de terminaciones nerviosas y notar como juguetean con nuestro pelo unos dedos, una boca, una nariz… Busca el escalofrío, ¡es todo un placer! Lo mejor de la excitación a través del masaje capilar es que puedes hacerlo en público sin llamar la atención. Y sí, también es una zona erógena para los hombres calvos así que acaricia su cabeza y le verás disfrutar.
8. El perineo
También conocido como periné, es una zona muy placentera que se encuentra entre el escroto y su ano, así que puedes estimularlo sin saltarte la norma de partida de no agarrarte a sus genitales en busca de la erección. Este es el tercer punto más sensible del cuerpo masculino después de sus testículos y el pene y se puede estimular de muchas maneras diferentes: presionando suavemente con los dedos, arrastrando despacio y con cuidado tus dedos sobre el área, haciéndole cosquillas con las manos o la nariz, utilizando algún juguete sexual para estimular la zona con delicadeza, etc.
9. Jugar con sus emociones
El cerebro es la mayor zona erógena que podemos encontrar en hombres y mujeres. “Y si no es el caso con su hombre, debe ponerse en contacto con la gente del Guinness de inmediato porque tiene un récord del mundo delante”, bromea Alaburda. Decirle cosas sucias y excitantes, hacer sexting previo al encuentro, movimientos y caricias sugerentes mientras tomáis algo en un bar... Todas ellas son formas perfectas para despertar su deseo sexial sin haberle tocado ni un pelo.
10. Tu propio cuerpo
De acuerdo, el cuerpo femenino no es un área masculino propiamente dicho, pero dejarle tocar, acariciar, morder, lamer y curiosear es un win-win para las dos partes. Desde un striptease o dejarle mirar cómo te duchas, hasta atarle las manos y vendarle los ojos para dejar que disfrute de lo que tiene delante guiándose por los olores, sabores y texturas del cuerpo femenino.
Fuente/El confidencial

No hay comentarios:

Publicar un comentario