

De acuerdo con la página TMZ.com, algunas de las personas que más conviven con ella creen que necesita ayuda urgente, pero la joven se niega a escucharlos.
"Si no recibe ayuda pronto, morirá", declaró un profesional muy cercano a la actriz de 23 años.
Durante el último año varias personas le han pedido que solicite ayuda para controlar su consumo de sustancias y entre en rehabilitación de nueva cuenta.
Sin embargo, la joven ha inventado excusas y se niega a admitir el problema.
Hace ya varios meses Michael Lohan, su padre, advirtió que la actriz era adicta a sustancias de prescripción médica y que, en un año, podría tener un final similar al de Michael Jackson y Heath Ledger.
El año pasado también se mencionó que Lindsay era adicta a las bebidas energizantes. No obstante, la propia actriz se encargó de desmentir a su padre y lamentó que usara a los medios de comunicación para obtener notoriedad.
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