viernes, 18 de junio de 2010

Los tres enemigos del sueño: alcohol, nicotina y cafeína

La nicotina

En contraposición a lo que la gente cree, la nicotina es un estimulante del sistema nervioso y no un tranquilizante. Es cierto que en dosis bajas, con uno o dos cigarrillos, la nicotina produce una ligera sedación pero, en cantidades mayores, el efecto es contrario: se produce una activación fisiológica.

Muchas personas cometen el error de fumar antes de ir a dormir pensando que con ello se relajarán. Al fumar el tercer o cuarto cigarrillo comienzan a estimularse y fuman más intentando conseguir esa inalcanzable relajación, creando un hábito nefasto para conciliar el sueño.

Se ha constatado científicamente que aquellas personas que fuman más de un paquete diario tienen menos calidad y más problemas para conciliar el sueño que los no fumadores.


La cafeína

La cafeína es la sustancia estimulante más consumida en nuestra sociedad. Después de su ingestión, tarda entre 20 y 40 minutos en producir un efecto estimulante, aumentando la cantidad de adrenalina en el organismo y produciendo una sensación de euforia y excitación durante 2 a 4 horas. Es por este motivo que interfiere directamente en la conciliación del sueño o en la continuidad del mismo durante toda la noche.

No solo afecta a la calidad del sueño. A largo plazo y con cantidades altas esta sustancia puede producir dependencia, problemas de concentración y respiración, sudoración, taquicardias, dolores de cabeza, acidez, irritabilidad, excitación, ansiedad o disminución de los reflejos. La cafeína junto con el estrés elevan la presión arterial, y aquellos con hipertensión experimentan mayor riesgo de infarto.

El alcohol

El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, al contrario que la cafeína y nicotina, ambos estimulantes. Ingerido antes de acostarnos, puede facilitar el sueño inicial. Sin embargo, a medida que el alcohol se metaboliza en el organismo, provoca despertares a lo largo de la noche.

El alcohol puede ocasionar pesadillas y dolor de cabeza matutino. Favorece la presencia de la apnea del sueño, puede provocar necesidad de orinar y aumento de ronquidos.

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