lunes, 4 de marzo de 2013

El Cannabis Sativa y sus mitos...


Muchas páginas web enfocadas en el mundo de la ciencia se han dedicado a derrumbar todo tipo de mitos sobre la sólida base de las ciencias. La verdad es que realmente lo disfrutamos y terminamos todos sintiéndonos un poquito mejor, un poco más sabios después de esta clase de publicaciones.
En esta oportunidad acudimos al portal OjoCientifico.com para descubrir un top con 10 de los más grandes mitos de la Cannabis Sativa (y vaya que hay falsos mitos acerca de la marihuana), 10 mitos que uno a uno se van haciendo humo.Tómate el tiempo que necesites, ponte cómodo y con humor, teniendo en claro de que aquí los autores no están haciendo apología más que del conocimiento, échale un vistazo a estos falsos mitos sobre la marihuana que te dejarán más tranquilo…

1. El cannabis provoca la pérdida de la memoria
El mito de que el consumo de marihuana (nombre común para denominar la mezcla seca de flores, tallos, hojas y semillas de la planta Cannabis Sativa que se consume) provoca la pérdida de la memoria es de los más populares y también es de los más engañosos. La verdad es que sí, se ha demostrado que el consumo de marihuana interfiere en los procesos que implican el uso de la memoria pero atención: durante el consumo. No existe prueba alguna capaz de sostener que la marihuana afecta la memoria a largo plazo, sí a corto plazo, pero sólo durante la intoxicación y esto ha sido comprobado mediante diversos estudios en el laboratorio.
2. El cannabis afecta más que los cigarrillos
El cannabis se puede consumir de varias maneras (los pastelitos son una buena opción) pero por diferentes razones y quizás por un tema de comodidad, mayoritariamente se la fuma en forma de cigarrillo o en pipa. Por ello, como cualquier material que se incinere y se meta por nuestro sistema respiratorio, puede provocar daños al organismo.
En realidad, aquellos que consumen cannabis no inhalan la enorme cantidad de aditivos tóxicos de los cigarrillos, consumen el producto natural de una planta cuyo único procesamiento implica el secado de los elementos que se retiran directamente de la planta. Por otro lado, la tendencia indica que los fumadores de cannabis que también fuman cigarrillos, suelen fumar tabaco con menos frecuencia que la de un fumador normal y en 2012, estudios científicos han indicado incluso que fumar marihuana de forma casual no daña los pulmones.
3. El cannabis es altamente adictivo
No existe ningún componente químico en la planta del cannabis sativa capaz de generar una dependencia física en el organismo, la adicción es mal entendida y transcurre por un camino muy diferente. Lo que en verdad cuesta abandonar es el hábito de fumar cannabis, aspecto en el que no hay una tendencia fisiológica que incida. Las personas que se vuelven adictas a un hábito fracasan repetidamente en sus intentos de dejar de utilizar, hacer o consumir algo y este desarrollo afecta e interfiere con las actividades de la vida del individuo.
La marihuana no es adictiva, una persona que se vuelve adicta a su consumo tiene las mismas probabilidades de volverse adicta al hábito de jugar videojuegos, al de utilizar internet o al de cualquier otra cosa que no implique una adicción fisiológica, es una persona que necesita de asistencia y las cifras a nivel mundial son muy claras al respecto.
4. El cannabis abre camino a otras drogas
Absolutamente mentira. Este es probablemente el argumento más vil y también el más utilizado en contra del cannabis. Que los consumidores de drogas potentes o de las llamadas “drogas fuertes” hayan consumido cannabis antes de haber consumido dichas drogas es una realidad, pero no se puede jugar con las estadísticas, ni con el uso de la palabra para manipular la realidad bajo ningún concepto.
La teoría de que la marihuana es una puerta al infierno de las drogas y demás, surgió cuando en EEUU, en el año 1991, el CASA (Center on Addiction and Substance Abuse) publicó una serie de informes en los que se mencionaba que una persona que prueba la marihuana es hasta 85 veces más propensa a continuar con drogas fuertes.
Lo cierto es que las estadísticas se utilizaron para señalar un hecho que se explica con facilidad: los estudios realizados en EEUU mostraron que la marihuana era una de las drogas ilegales más consumidas y populares, mientras que la cocaína era la menor. Por ello, es más que obvio que existen altísimas probabilidades de que un consumidor de cocaína previamente haya probado una droga más popular y mucho más probable es que haya probado drogas legales como el alcohol y el tabaco, datos que no se publicaron. En los hechos, el 83% del total de los consumidores de marihuana no ha probado la cocaína y tampoco figura en la publicación.
5. El cannabis mata neuronas
Este mito es relativo y tiene tanto de cierto como de falso. Lo que hoy saben los expertos al respecto luego de años de exhaustivas investigaciones es que una persona consumidora puede sufrir paranoia, manías persecutorias o pánico, durante el consumo, aunque ésta es una situación muy rara y aunque no son características únicas en la constitución química de esta planta. Pero también saben que los consumidores de marihuana no padecen consecuencias asociadas a la muerte neuronal, si a la transformación de las celdas, no a la muerte de las neuronas, como tanto se dice.
Lo que los científicos también saben, y que vale la pena destacar, es que si bien se ha comprobado que la composición de la marihuana no mata neuronas, sí lo hacen muchas otras drogas y por ejemplo el alcohol, si bien no mata neuronas, es capaz de provocar daños cerebrales serios. .
6. El cannabis causa apatía y desgano
El abuso de drogas siempre culmina en desgano y desmotivación, pero en el caso del cannabis esto es relativo. El consumo moderado de cannabis no causa estos estados ni mucho menos, pero el abuso sí. Nuevamente estamos frente a una obviedad enorme, si sabemos que la marihuana provoca determinado estado en el cerebro y que afecta la memoria de corto plazo, ¿cómo va a funcionar una persona que se encuentra en este estado todo el tiempo? Los efectos del consumo no son permanentes, por lo cual, una persona que consume marihuana de forma casual o moderada, no estará en un estado de desgano infinito que afecte su vida personal. Si quieres traerlo a datos exactos, las estadísticas demuestran que los consumidores de cannabis tienen salarios más altos que aquellos que no consumen.
7. El cannabis puede intoxicar el cuerpo a largo plazo
Los restos del consumo de cannabis se albergan en el tejido adiposo del consumidor y ésto es lo que ha dado lugar al mito. Pero dichos residuos no tienen ningún efecto psicoactivo en el individuo después de un par de horas, no representan ningún daño al cerebro, a los tejidos, ni a cualquier otra parte del cuerpo.
8. Está científicamente comprobado que es malo para la salud
No existe ninguna investigación científica que haya contemplado al cannabis como una sustancia integralmente dañina. Sí es verdad que existen componentes mínimos que pueden considerar ciertos riesgos bajo determinadas circunstancias y en determinados organismos, tal como ocurre con innumerables otras especies de plantas, pero no existe una sola prueba científica que señale que el consumo de los productos de la planta del cannabis como peligrosa para la salud.
9. El cannabis es más potente hoy que antes
Falso. Tan solo se trata de un mensaje dispersado por los narcotraficantes que han hecho creer esta realidad a los consumidores, algo que incluso es contradictorio, ya que los narcotraficantes de los productos de la planta en la gran mayoría de los casos manipula sus contenidos volviendo sus efectos menos potentes de lo que serían en estado natural.
10. El cannabis es un camino al crimen
Bueno, esto es un juicio social de la peor calaña en la que tanto el prejuicio como la política entra en un oscuro juego de mentiras y conveniencias que facilita la toma de responsabilidades y que nada tiene que ver con el consumo de la marihuana.
Es cierto que prácticamente en todos los círculos de delincuencia se consumen drogas, pero esto no quiere decir que las drogas provocan la delincuencia. De hecho, la ciencia ha probado que los consumidores de cannabis tienden a manifestar conductas menos violentas y menos agresivas que los que no la consumen.

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