Los empleadores percibían los tatuajes como estigmas capaces de generar cierto rechazo entre los clientes si estaban en un área del cuerpo visible. Aunque hay que tener en cuenta que la reacción también dependía del motivo. Los tatuajes más aceptados fueron los símbolos inocuos como flores o mariposas, mientras que las pieles tintadas con dibujos de telas de arañas, lágrimas, pistolas, cuchillos, palabras como "odio" o símbolos relacionados con la muerte o racistas (por ejemplo, una esvástica) son las que más disuaden a los gerentes de contratar a un empleado.
fuente/muyinteresante
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